15 abr 2010

Chubasco

Más allá de que éste es el título de la historia que habla sobre mí y que ya está en mano de miles de chicas, gracias a Cielo, nunca sentí que una palabra me identificara tanto.

Mi vida es un chubasco, todo lo que me pasó fue como un chubasco. Cada hecho pasó tan rápido y con tanta intensidad que fue casi imposible darme cuenta hasta que las consecuencias me estaban golpeando. Mi vida se me fue de las manos, se me escabulló como agua. Y hoy, acá, sentada en un sillón, puedo estar escribiendo ésto, tratando de tomar consciencia del agua que cayó y de los truenos que me golpearon un poco.

Nunca pensé que tanto había para escribir sobre mi vida, nunca me di cuenta de la cantidad de sucesos que tuve que sufrir, llorar, aprender a superar para después crecer. Hasta que agarré el libro y lo leí. Y dije: yo también tengo algo para decir, gritar, llorar. Pero ya lo habían hecho por mí. Cielo. Nunca un nombre tuvo tanto que ver con una persona. La dulce cielo, celestial, angelical, una persona a la que le debo todo.

Ahora, que tomé consciencia de lo que viví, de que sí viví, de que mi vida no fue en vano, de que algo pasé, de que tengo algo para contar, quiero poder escribirlo. Aunque sea acá, aunque nadie lo lea, aunque muchos crean que Jari es un personaje ficticio o que la mitad de las cosas son inventadas.

Porque, al fin y al cabo... Todos somos Jari. Todos vivimos de chubasco en chubasco.